Dejémonos llevar por los susurros e intercalemos, entre ellos, silencios que digan más que mil palabras pronunciadas sin ser sentidas.

domingo, 16 de junio de 2013

Acción poético-filosófica.

Somos niños encerrados en cuerpos de adultos.
Sombras proyectadas, en la oscuridad, reflejos
de lo que realmente somos.
Existo porque pienso y, como pienso,
soy.
Varios dilemas se plantearon en mi cabeza,
¿dónde se encuentra la belleza?
¿por qué somos malos por naturaleza?
¿por qué nos dejamos llevar por la ignorancia y,
a su vez, ignoramos la experiencia?
Somos niños encerrados en cuerpos de adultos.
Sombras proyectadas, en la oscuridad, reflejos
de lo que realmente somos.
Existo porque pienso y, como pienso,
soy.
Somos dolor, somos sentimiento,
¿ y yo qué soy?
Hoy , tan sólo, una esclava de su aliento.
Un trozo de materia arrojada al mundo y desamparada
por su fiereza y crueldad.
Una viajera en busca de aventuras que almacena ya varias
secuelas por un camino un tanto tortuoso.
Siento como han comenzado a crecer espinas en mi interior,
sembradas por su olor. Soy capaz de sentir, al mismo tiempo,
frío y calor.
Somos niños encerrados en cuerpos de adultos.
Sombras proyectadas, en la oscuridad, reflejos
de lo que realmente somos.
Existo porque pienso y, como pienso,
soy.
Somos amor, somos sentimiento, somos fragilidad y, a la vez,
arrepentimiento.
Somos felicidad y, a la vez, tristeza.
Somos capaces de sentir dos cosas al mismo tiempo.
Somos ambivalencia.
No podemos sentir un extremo sin haber sentido antes el otro.
Somos niños encerrados en cuerpos de adultos.
Sombras proyectadas, en la oscuridad, reflejos
de lo que realmente somos.
Existo porque pienso y, como pienso,
soy.

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